Tenía el nombre de Belisa Crepusculario, pero no
por fe de bautismo o acierto de su madre, sino porque ella misma lo buscó hasta
encontrarlo y se vistió con é1. Su oficio era vender palabras. Recorría el
país, desde las regiones más altas y frías hasta las costas calientes,
instalándose en las ferias y en los mercados, donde montaba cuatro palos con un
toldo de lienzo, bajo el cual se protegía del sol y de la lluvia para atender a
su clientela... sigue aqui.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario